Si te preguntas cómo funciona un sensor de temperatura de un refrigerador, este artículo te explicará qué es, cómo opera dentro del sistema y por qué su buen funcionamiento influye directamente en la conservación de alimentos y el consumo energético.
Este tipo de tecnología es común tanto en modelos de gran capacidad, como en opciones más compactas. Un ejemplo de esto es el refrigerador inverter, que aprovecha sensores precisos para operar con eficiencia energética.
¿Cuál es la función del sensor de temperatura de un refrigerador?
Este componente electrónico es, en términos simples, un lector de temperatura. El sensor de temperatura de un refrigerador suele ser un termistor NTC: su resistencia disminuye a medida que sube la temperatura. Con esa información, la tarjeta electrónica ajusta el encendido o apagado del compresor para estabilizar el ambiente interno.
Ubicación habitual
Está instalado cerca del evaporador o dentro del compartimento principal, donde puede detectar variaciones representativas del entorno. En la mayoría de los modelos domésticos, se encuentra fijado en una de las paredes internas del refrigerador, generalmente en la parte trasera, protegido por una pequeña cubierta plástica o integrado discretamente en el conducto de aire.
Esta ubicación no es casual: está pensada para que el sensor pueda recibir flujos constantes de aire frío sin interferencias directas de la apertura de la puerta o de fuentes de calor, como focos internos o recipientes recién introducidos.
Función clave en el ciclo de frío
- Permite mantener la temperatura de un refrigerador en rangos ideales.
- Evita picos extremos que dañen alimentos.
- Optimiza el uso del compresor, reduciendo el consumo eléctrico.
El sensor de temperatura se encuentra presente en todos los electrodomésticos de refrigeración: un frigobar manual, por ejemplo, también puede incluir sensores integrados que controlan el ciclo térmico sin necesidad de intervención.
Cómo funciona un sensor de temperatura de un refrigerador y cómo detectar fallas
Cuando la temperatura se eleva dentro del refrigerador, el sensor detecta ese cambio y modifica su resistencia eléctrica. Esta variación es interpretada por la placa electrónica, que activa el compresor para recuperar el nivel óptimo de frío. Una vez estabilizado, el compresor se apaga. Este ciclo ocurre de forma automática.
Sin este mecanismo, la temperatura oscilaría bruscamente, afectando tanto el rendimiento como la conservación de los alimentos.
Cómo probar un sensor de temperatura de un refrigerador
Si sospechas que el sensor no está funcionando correctamente, puedes realizar una prueba sencilla con multímetro:
- Desconecta el equipo de la corriente.
- Ubica el sensor y desconéctalo del conector.
- Coloca las puntas del multímetro en sus terminales.
- Verifica que la resistencia esté dentro del rango (usualmente entre 5,000 y 20,000 ohmios a temperatura ambiente). Si el valor es incoherente, es recomendable reemplazarlo.
Cuándo podría haber fallas en el sensor de temperatura
- El refrigerador no enfría o congela demasiado
- El compresor se activa constantemente
- Se muestran códigos de error en el display
Recomendaciones para cuidar tu sensor y mantener el buen rendimiento
Aunque el sensor funciona de manera automática, su precisión y durabilidad pueden verse afectadas por el uso cotidiano. Existen acciones concretas que ayudan a mantener su lectura confiable y a evitar fallos prematuros:
- Evita bloquear las salidas de aire: si los conductos están obstruidos por envases o bolsas, el flujo de aire se altera y el sensor no capta la temperatura real del compartimento.
- No coloques alimentos calientes: poner comida recién cocida eleva la temperatura interna de forma abrupta, forzando un sobreesfuerzo del compresor y distorsionando la lectura del sensor.
- Limpia el entorno del sensor con regularidad: usa un paño seco o ligeramente húmedo. No es necesario desmontarlo ni aplicar productos químicos. Basta con retirar el polvo o residuos que puedan interferir con su funcionamiento.
- Evita la sobrecarga del refrigerador: cuando los estantes están saturados, el aire no circula con fluidez. Esto genera microclimas que confunden al sensor y provocan ciclos de enfriamiento ineficientes.
Estas prácticas no solo mejoran el rendimiento general del refrigerador, sino que también prolongan la vida útil de componentes clave. En equipos como los de Mabe, cada diseño busca facilitar este tipo de mantenimiento preventivo sin necesidad de herramientas ni intervenciones técnicas.
Accesorios esenciales para la regulación del frío
Existen componentes complementarios al sensor, como el Control de Temperatura y el Termostato. Aunque trabajen de forma conjunta, todos tienen funciones distintas:
- Sensor de temperatura: mide y reporta la temperatura a la tarjeta electrónica.
- Control de temperatura: permite ajustar manual o electrónicamente el nivel de frío.
- Termostato: activa o interrumpe el paso de corriente según la señal recibida del sensor.
Una falla en cualquiera de ellos puede alterar el comportamiento del equipo. Para diagnósticos más avanzados o reparaciones, es recomendable acudir al servicio Mabe.



Tecnología al servicio de tu cocina
Saber qué es un sensor de temperatura de un refrigerador y cómo interactúa con los otros componentes mejora tu comprensión sobre el funcionamiento general del electrodoméstico. Esto no solo facilita el mantenimiento, también te permite tomar decisiones más informadas si notas comportamientos irregulares.
En modelos con tecnología digital, los sensores trabajan en conjunto con tarjetas electrónicas que hacen microajustes para conservar el frío de manera eficiente. Gracias a esto, tu refrigerador puede adaptarse a distintos climas sin afectar el rendimiento interno.
Los equipos Mabe están diseñados para aprovechar este tipo de innovación. Comprender cómo funciona un sensor de temperatura de un refrigerador también te permite anticipar problemas comunes antes de que afecten el rendimiento del equipo.